agosto 09, 2005

¿Facturas?

Claro que todo tiene un costo, yo lo veo más como inversión que como gasto. Es un hecho que cada una de nuestras acciones tiene una factura y hay que pagarla, es vivir sabiendo que todo tienen consecuencias. A propósito de la compañía y de la soledad, vino a mi mente una canción del buen Silvio Rodríguez:

Historia de las sillas


En el borde del camino hay una silla,
la rapiña merodea aquel lugar.
La casaca del amigo esta tendida,
el amigo no se sienta a descansar.
Sus zapatos de gastados son espejos
que le queman la garganta con el sol
y a través de su cansancio pasa un viejo,
que le seca con la sombra el sudor.

En la punta del amor viaja el amigo,
en la punta más aguda que hay que ver;
esa punta que lo mismo cava en tierra,
que en las ruinas, que en un rastro de mujer.
Es por eso que es soldado y es amante,
es por eso que es madera y es metal,
es por eso que lo mismo siembra rosas
que razones de bandera y arsenal.

El que tenga una canción tendrá tormenta.
El que tenga compañía, soledad.
El que siga un buen camino tendrá sillas
peligrosas que lo inviten a parar.

Pero vale la canción buena tormenta
y la compañía vale soledad.
Siempre vale la agonía de la prisa
aunque se llene de sillas la verdad.

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