El sábado nos dimos encuentro en el Bar Suave la vida, que dicho sea de paso es un lugar sumamente agradable, con anfitriones igualmente agradables.
Alrededor de 30 personas escuchamos una informal lectura de poemas, en un ambiente de intimidad y confianza.
Algunos poemas y comentarios de Manuel me hicieron recordar los avatares de la publicación de Entresuelos, por lo que extrañé la presencia de algunos de mis más cercanos amigos y colaboradores, aquéllos que se han embarcado en cada una de mis aventuras y que gracias a su terquedad no han abandonado el barco.
La noche terminó temprano, después de algunas cervezas; esperemos repetir pronto estos encuentros entre amigos.
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