No podemos perder de vista las distintas funciones de la literatura, desde ambas vertientes, la del escritor y la del lector. Me encontré con un librito que hace una reflexión sobre distintos aspectos de la literatura, su autor, Adolfo García Ortega, nace en Valladolid en 1958, crítico literario y exasesor del Ministerio de Cultura español, también ha traducido a autores como Roland Barthes y Miquel Martí y Pol, entre otros.
He seleccionado algunos aforismos de Habitaciones irreales y los pongo a discusión, a ver qué sale.
En poesía, los extraños al poeta no toleran ni la elipsis ni la metáfora, porque los sitúa en el límite de su capacidad de comprensión.
La escritura es una autodefensa, pero también un instrumento criminal: así, el escritor puede impunemente asesinar una moral, una política, una ideología, una pasado, incluso a unas personas.
El miedo del escritor: no ser en realidad el escritor que cree ser; no ser ni siquiera un escritor, sino un neurótico aficionado, un lector competente disfrazado.
Se es escritor en la medida en que se encuentran, de un modo correlativamente objetivo, los objetos del pesnamiento en los elementos del signo, a cualquiera de sus niveles.
La literatura es una elección.
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