Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.
Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
"¡El sol, esta hermosura
de sol!..." Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.
-Antonio Machado-
2 comentarios:
Que bella, -aparente- sencillez.
Saludos.
Esta semana pasada fue difícil para mí en terminos de emoción. Me fue imposible apreciar la belleza del sol de invierno que yo se que existe y además en México parece ser especial. Tu post me trae de regreso un poco de esa apreciación y te lo agradezco.
Volver a las obras del mundo nunca está de más, ¿no?
Besos.
Publicar un comentario