mayo 22, 2006

Perdidos en la nada

Siempre he pensado que las cosas se acaban, la gente se muere y los sueños se olvidan en algún rincón, entre el tiempo y el cansancio.

No creo en el "más allá" ni en la vida eterna que prometen las religiones, no creo en nada que implique la esperanza de que lo mejor está por venir, quiero lo mejor ahora, quiero todo hoy.

Sin embargo, no puedo dejar de tener dudas acerca de qué pasará, Silvio Rodríguez me recordó que a veces, sólo a veces, desearía más certidumbres del futuro: del mío, del tuyo, del ¿nuestro? Al final termino pensando que es mejor no saber, sino simplemente seguir viviendo...

¿A dónde van?

¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las endijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a donde van?

¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿A dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí?
¿A dónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿A dónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a donde van?

¿A dónde va lo común, lo de todos los días?
¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿A dónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿A dónde va el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿A dónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a donde van?

Silvio Rodríguez

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