Bien, pues las celebraciones empezaron desde la semana pasada. La fiesta de fin de año de mi empresa fue el viernes 16, una tarde agradable, puedo decir que divertida sin más; detalles graciosos pero nadie perdió el estilo lo suficiente, para pasar a la posteridad.
A diferencia del año pasado, en el que todavía no me identificaba con nadie en particular, ahora sí, soy parte del equipo; hubo plática, baile (sí, no se burlen, me gusta bailar), una rica comida y la sensación de que vienen tiempos buenos para la empresa, no sólo por buena voluntad, si no porque poco a poco, vamos tomando todos el mismo rumbo.
No creo mucho en los buenos deseos de estos tiempos. Me gusta la época, me uno a las celebraciones, pero sin ser en exceso optimista; disfrutemos los días que vienen y sigamos la marcha hacia lo que queremos, sin que parezca que empezamos de cero...
En casa no estaba segura de querer adornar; pero el fin de semana con un pequeño empujoncito, me animé; nada muy elaborado, sólo el árbol, algunos adornos más y flores de nochebuena.
Estoy tomándolo con filosofía y algo de humor, el árbol ya fue derribado por Cleo, así que tengo que renovar esferas; supongo que esta operación se repetirá un par de veces más. Es su primera navidad, así que está un poco extrañada de los artefactos decorativos; probó jugar con las flores de nochebuena y, por supuesto, ganó la batalla, hasta este momento Cleo 1 - Nochebuenas 0, y con una baja defintiva en el equipo; por supuesto, terminó castigada en el patio, durante algunas horas.
Como verán, no me tomo tan en serio la situación, quiero tener días tranquilos y encontrarme con amigos y quereres, me he propuesto disfrutar un poco de la gente y de mí misma. Les recomiendo que hagan lo mismo.
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